Datos de las cámaras de comercio indican grandes expectativas para consumidores y minoristas en el segundo semestre.
En Ecuador, el Black Friday se ha consolidado como uno de los eventos comerciales más esperados del año. Desde su incorporación en los centros comerciales del país, la fecha se ha destacado como una herramienta estratégica para impulsar las ventas en diversos sectores.
Ciudades como Quito, Guayaquil y Cuenca, los principales centros urbanos del país, tradicionalmente registran un aumento significativo en el flujo de visitantes durante este evento. Para la edición de 2024, la Cámara de Comercio de Quito proyecta un crecimiento entre un 20% y un 50% en el tráfico en los centros comerciales, en comparación con semanas regulares.
Estas cifras han sido recibidas con entusiasmo por los minoristas, quienes, impulsados por el “boom” del consumo, amplían sus horarios de atención, promueven ofertas en colaboración con otras tiendas y organizan eventos de entretenimiento para enriquecer la experiencia de compra.
Mayor afluencia, mayor consumo
El Black Friday no solo incrementa el número de visitantes, sino que también genera un impacto directo en los gastos de los consumidores. Según datos de la Cámara de Comercio de Guayaquil, el gasto promedio por persona durante este periodo alcanza los USD 120 en tecnología y electrodomésticos, mientras que los sectores de moda y accesorios registran USD 80.
Más que una simple fecha de promociones, el Black Friday se ha convertido en un pilar económico esencial durante el segundo semestre en Ecuador. Esta adopción de hábitos de consumo modernos no solo fortalece el comercio en los centros comerciales, sino que también refleja una adaptación a las dinámicas económicas actuales, ofreciendo beneficios concretos tanto para consumidores como para comerciantes.