La marca de lujo italiana Gucci fue inscrita en el Registro de Propiedad Intelectual de Argentina, en las categorías de perfumes y cosméticos, indumentaria, anteojos y artículos de cuero, etcétera. La noticia entusiasmó a los usuarios en redes sociales que se ilusionaron con un posible desembarco.
Sin embargo, lo concreto es que, por el momento, es difícil pensar en la apertura de una tienda en el corto plazo. No solo por los tiempos que lleva el desembarco para una marca de este tipo, sino también por el mercado y los propios vaivenes de la economía local.
“Fuera de México, Brasil, Chile, República Dominicana, en el resto de los países de América Latina no hay mercado para marcas de lujo. Perú apenas está entrando en el mapa, pero hasta ahí”, explicó Jorge Lizan, socio de Lizan Retail Advisors, consultora especializada en el desarrollo y expansión internacional de marcas y que cuenta a la marca italiana en su cartera de clientes, a El Cronista.
En su opinión, faltan unos diez años para que marcas como Gucci se instalen en el país, suponiendo que se mantengan los cambios políticos y económicos. La dificultad para importar y la imposibilidad de girar dividendos a las casas matrices convierten a la Argentina en una plaza poco atractiva. Por otro lado, hay una cuestión de mercado: mientras no crezca el poder adquisitivo y no haya estabilidad, va a ser muy difícil que lleguen. Y a eso se le suma la competencia local muy fuerte, tanto en el mercado formal como informal.
“De los 19 países de América Latina, Argentina está en los últimos puestos en atractividad de expansión de retailers internacionales. Yo no he ido a la Argentina en 11 años, desde la fundación de mi consultora, en busca de franquiciados para clientes. En cambio, voy a México cada seis semanas en promedio o unas cuatro o cinco veces al año a Perú, Chile o Colombia. El año pasado fui tres veces a Guatemala y hasta a El Salvador”, graficó Lizan.