La nueva tienda de Zara no solamente será la más grande del consorcio español Inditex en Latinoamérica, sino que también vuelve con un novedoso modelo de tecnología para prestar servicios a sus clientes de la mano del Grupo Futura, que será el encargado de la marca en el país.
Indicó que otro de los datos importantes que trae el regreso de Zara a Venezuela “es la generación de más 180 empleos directos”, que viene acompañada del “entrenamiento profesional que recibe esta cantidad alta de nuevos empleados que estarán en esta nueva tienda de casi 6.000 metros cuadrados”.
Luego de dos años fuera del mercado venezolano de momento lo hará con una sola tienda de Zara, en construcción en el mismo lugar donde quedaba la antigua, en el Centro Comercial Sambil, el más grande de Caracas. Fuentes e intermediarios del sector aseguran que el regreso de Zara y otras marcas del grupo español, como Oysho, Massimo Dutti, Pull and Bear o Bershka – muy populares en el país- se podría concretar en abril.
Ibrahim -un exitoso empresario propietario de restaurantes y cafeterías en Venezuela- siguió comercializando ropa de las marcas de Inditex en otras tiendas de su propiedad después de la partida del grupo.
La empresa española de Amancio Ortega tenía en Venezuela, hasta hace unos diez años, una plaza muy rentable, con tiendas diseminadas en la mayoría de las ciudades. Inditex decidió marcharse en 2021, en el último tramo del derrumbe económico que comenzó en 2014, en los comienzos del Gobierno de Nicolás Maduro y se agravó con el creciente aislamiento internacional y la pandemia de covid-19.
Las tiendas comenzaron a cerrar progresivamente a partir de 2015, asediadas por las bajas ventas, la hiperinflación, las multas, el asedio de la burocracia, el control cambiario y de precios y las continuas fiscalizaciones.
Inditex llevaba ya varios meses considerando regresar a Venezuela, sobre todo una vez que el Gobierno de Maduro decidió liberar de controles la gestión empresarial y las importaciones, y después de que la economía evidenciara sus primeras señales de crecimiento después de un marasmo de seis años de contracción.